EVANESCENCE
Evanescence
2011. EMI


“¿Me recuerdas? Soy todo lo que no puedes controlar”, canta Amy Lee de manera muy familiar en la ‘What You Want’, la apertura del tercer álbum de estudio de Evanescence. Es difícil creer que ya han pasado casi diez años desde que conocimos su voz impregnada en ese inescapable hit llamado ´Bring Me to Life’. La banda, que fue un fenómeno de ventas global, ganó la atención de un público que, en su mayoría, estaba compuesto por chicas adolescentes que seguían atentas la figura de la cantante y que la vieron como un modelo a imitar.

Ese público no era el mismo cuando regresaron con un nuevo álbum en 2006 y, ciertamente, es muy distinto al que existe ahora cinco años después, cuando editan esta obra homónima de 12 canciones. Independiente del escenario, ya sabemos que la música de Evanescence se cocina a fuego lento y que siempre estará rodeada por cuotas de drama, de cosas que la hagan extremadamente difícil de parir. El paso de los años hace que las ansias aumenten y que la probabilidad de decepcionarse con una nueva entrega sea alta. Pero en vez de concentrarse en cumplir con las expectativas, cada vez que la banda vuelve es una buena oportunidad para que ganen nuevos adeptos.

Puede ser que con este disco lo logren. Aquí hay un sonido que, como siempre, es calculadamente pesado, gótico e instantáneamente reconocible. Momentos más que notables son el piano que le da inicio a ‘My Heart is Broken’ y que luego se pierde en la muralla de sonido que el grupo crea a su antojo. ‘Lost in Paradise’ sigue exactamente la misma línea, mientras que ‘Made of Stone’ recuerda a Smashing Pumpkins, con algunos toques industriales.

Pero este trabajo tiene más. ‘The Other Side’ es un tira y afloja de buenos riffs y actitud que se transforma en un pasaje memorable del disco junto con las particularmente densas ‘Never Go Back’ y ‘Sick’, tema que se acerca peligrosamente a la atmósfera de Tool. La única gran y verdadera sorpresa llega al final con el corte más experimental de este trabajo. ‘Swimming Home’ posee reconfortantes sonidos electrónicos que se entrelazan con las diversas voces de Amy, que siempre suenan elevadas y cándidas.

En este nuevo álbum, Evanescence nos da otra buena razón para seguir enganchados con un sonido que no cambia demasiado, con una formula que hicieron propia sin que necesariamente les perteneciera. Saber hasta cuándo la banda de Amy Lee podrá estirar el mismo elástico es harina de otro costal.

Jaime Meneses J.


Fuente: Rockaxis.